La embajadora de las focas entre nosotros, ‘Desertinha’, muere en Madeira

Rosa Pires

Servicio del Parque Natural de Madeira

'Desertinha', la foca monje que se convirtió en un embajador de su especie en Madeira hace dos años [véase “Una foca conquista la fama”  TMG 9 (2): noviembre de 2006], murió el 1 de diciembre de 2008 en la unidad de rehabilitación de las Islas Desertas.

Desde que en 2006 empezó a dejarse ver en la isla de Madeira, Desertinha había sido avistada con frecuencia por numerosos habitantes de la isla. El último avistamiento fue en Madeira, en el puerto de Funchal, el 27 de noviembre de 2008. Estaba descansando, pero su comportamiento era anormal y pudimos confirmar por su respiración y frecuentes vómitos que estaba enferma. Con el apoyo del veterinario de la Dirección Regional de Pesca, que ayuda al Parque Natural de Madeira en tales situaciones, decidimos llevarla a la Unidad de Rehabilitación que se habilitó las Islas Desertas. Según el primer diagnóstico veterinario, sufría de gastroenteritis y se inició un tratamiento médico para tratarla.

Desertinha en el puerto de Funchal.		Convenciendo a Desertinha de que debe entrar en su caja de transporte.

La captura y el transporte de esta foca - con un peso de 300 kg - hasta las Islas Desertas fue posible gracias al compromiso y la habilidad del personal del PNMS, en especial del coordinador de la operación logística y al apoyo de la Armada portuguesa. El 29 de noviembre Desertinha llegó a las Desertas en el Zaire, un buque de la Armada. Con la asistencia de personal del Centro de Rehabilitación e Investigación “Lenie t Hart” de Pieterburen, Holanda, fue posible realizar un examen más riguroso, diagnosticándole también una neumonía.

Además Desertinha se negaba a ingerir alimentos y cada vez se encontraba más débil. Murió el 1 de diciembre, y la necropsia posterior descubrió una cardiomiopatía, una enfermedad crónica del corazón, que provocó su estado de debilidad y también una disfunción de otros órganos internos.

En las Islas Desertas, la foca se transfiere desde el buque de la Marina a la neumática del Parque.		Los veterinarios examinan a Desertinha en la Unidad de Rehabilitación de las Islas Desertas.

También fue posible determinar a partir de los dientes que se trataba de un animal viejo (los molares habían desaparecido y estaban desgastados hasta las encías en la mandíbula inferior izquierda; todos los dientes restantes estaban amarillentos, gastados y con las raíces expuestas). Su edad se estimó en 20 años, en base a las características físicas que tenía en 1993, cuando fue vista por primera vez. Entonces era una hembra de no más de 200 cm de largo,  con algunas cicatrices. En ese momento, se estimó que no tendría más de 5 años de edad.

Desertinha fue una de las primeras focas registrada en las Islas Desertas y uno de los primeros individuos que se aventuraron por las costas de la isla principal de Madeira. Ella hizo una gran contribución al aumento de la población de la foca monje, al dar a luz a 9 crías durante su vida.

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