Vol. 12 (2): Noviembre 2009 |
El seguimiento de ArtemisTratando de entender el sentido de la muerte de una joven focaPanagiotis Dendrinos y Emily JosephSociedad Helénica para el Estudio y la Protección de la Foca Monje
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Una necropsia detallada, obviamente, era la herramienta más valiosa que los biólogos podían tener para determinar la causa de la muerte. Por esa razón, el MOm, en colaboración con la policía del puerto de Skiathos, trasladó el cadáver del animal muerto el mismo día al Departamento de Biología de la Universidad de Atenas, donde fue realizada una autopsia completa la mañana siguiente. A pesar de la experiencia de los biólogos, se decidió que la necropsia debía realizarla un especialista en necropsias y patología de mamíferos marinos. Así pues, el profesor Thijs Kuiken de la Universidad Erasmus de Rotterdam (institución colaboradora del MOm) viajó a Atenas específicamente para esta tarea.
Los resultados de la necropsia mostraron claramente que el animal, hasta su muerte, estaba sano y comía regularmente, y que tenía un peso apropiado para su edad. También se hizo evidente que Artemis murió de un edema pulmonar agudo, que, con toda probabilidad, fue consecuencia de un ahogamiento. Los alimentos frescos y digeridos que se encontraron en su estómago reforzaban de manera explícita que su muerte fue repentina. Un mamífero marino sano sólo se ahoga si se ve obligado, por alguna razón, a permanecer debajo del agua a la fuerza, más allá de los límites de tiempo que aguanta fisiológicamente sin oxígeno. El caso más común es el enredo de un animal en artes de pesca (principalmente en redes). ¿Hay otros datos que apoyen la conclusión aportada por la autopsia?
2) Los datos registrados por el dispositivo de seguimiento de Artemis:
Pocas horas antes de su liberación, los biólogos del MOm, en colaboración con expertos de la unidad de investigación sobre mamíferos marinos del Reino Unido, equiparon a Artemis con un dispositivo de grabación y transmisión diseñado específicamente para focas. El dispositivo registra continuamente los datos extraídos de la actividad del animal (posición geográfica, duración y profundidad de las inmersiones, duración de los descansos fuera del agua etc.) ¿Qué nos indican estos datos sobre la muerte súbita de Artemis? ¿Apoyan la conclusión de la autopsia? En realidad, el dispositivo funcionó perfectamente desde el momento de liberación de la foca. Los datos demuestran claramente que Artemis era un animal sano y activo, que, después de una buena rehabilitación y un período de ajuste, se comportaba como era de esperar de una foca monje en su ambiente natural. Durante el mes después de su liberación en la isla de Piperi, Artemis exploró una región geográfica grande, pasando de la isla de Skantzoura a la costa cercana de Evia, avanzando hacia el noroeste y, finalmente, cruzando a Skiathos (ver mapa), una línea recta combinada de aproximadamente 150 Km. Desde el día de su liberación (11.04.2009) hasta su muerte el 13/14 de mayo de 2009, la joven foca realizó casi 9.700 inmersiones, en muchas de las cuales llegó a profundidades superiores a los 100 metros, así como un descenso hasta 191 metros el 09/05/2009.
¿Pero qué fue lo que ocurrió en las últimas horas de vida de esta desafortunada foca? Los datos son claros: alrededor de la medianoche del 13 al 14 de mayo, Artemis se encontraba al este del puerto de Skiathos, donde hizo repetidas inmersiones, de pocos minutos cada una, durante aproximadamente media hora, a profundidades de entre 20 y 25 metros. Posteriormente se registró la última y mortal inmersión: se quedó durante siete horas a 25 metros de profundidad. Aproximadamente a las 7:30 de la mañana siguiente, el animal volvió a la superficie y permaneció allí, con el dispositivo de seguimiento registrando que estaba fuera del agua continuamente. Naturalmente, ningún mamífero marino (y ciertamente ninguna joven foca monje del Mediterráneo) podría sostener una inmersión de siete horas. A partir de allí, la situación se hace evidente. Alrededor de medianoche, lo más probable, es que el joven Artemis se acercó a una red de pesca a una profundidad de entre 20 y 25 metros y que la red se convirtió en una trampa mortal. Cuando el dueño sacó la red a la mañana siguiente, el dispositivo de localización registró simplemente el retorno del animal muerto a la superficie.
3) La red de rescate y de información:
Desde 1990, el MOm organiza y dirige una red nacional de salvamento y de información para supervisar y ayudar a las focas monje del Mediterráneo enfermas, heridas y huérfanas. Las actividades de la red también incluyen la recolección de datos sobre la salud de las poblaciones de foca en Grecia, la localización de los animales muertos, la realización de necropsias y la determinación de la causa de muerte. Una conclusión importante de este trabajo es que casi la mitad (47%) de las jóvenes focas halladas muertas en el mar y en las costas griegas se ahogan como consecuencia de haberse enredado en artes de pesca.
Las tres piezas del rompecabezas encajan a la perfección, proporcionando una clara imagen de la vida y muerte de Artemis.
a) Una rehabilitación correcta:
Artemis es el segundo cachorro huérfano, del que los biólogos del MOm han podido registrar en detalle su comportamiento post-liberación. La primera foca fue “Dimitris”, un joven macho huérfano que fue liberado en mayo de 2004, tras su rehabilitación en Alonnisos. Dimitris estuvo transmitiendo datos durante casi cinco meses y medio (hasta que la emisora se desprendió debido a la primera muda del animal, tal como estaba previsto) [véanse -sólo en inglés- Foca monje huérfana recorre todos los rincones del Parque Marino de las Espóradas y logra un nuevo récord de buceo, TMG 7 (2): noviembre de 2004 y Despedida final de Dimitris, TMG 8 (1): mayo de 2005].
Los datos proporcionados por Dimitris, junto con los de Artemis, también fueron importantes en otro aspecto: demostraron que los procesos de rehabilitación y los protocolos seguidos por el MOm en el cuidado de las focas huérfanas son eficaces. Tras su rehabilitación, ambos animales demostraron un comportamiento “natural”, en términos de sus movimientos en el medio marino y en la obtención de alimentos.
b) Las áreas protegidas y las medidas nacionales de protección:
Los datos de ambas focas también demuestran claramente que las focas del Mediterráneo desde una edad muy temprana ya pueden sumergirse a profundidades impresionantes y viajar grandes distancias, sin ningún problema más allá de los límites de las áreas marinas protegidas. Por lo tanto, el establecimiento y la gestión adecuada de las áreas protegidas, especialmente alrededor de los núcleos de reproducción, merecen una consideración prioritaria para la protección de la especie. También es esencial aplicar medidas de gestión a nivel nacional para mitigar las amenazas a la especie que plantean las interacciones con la pesca. Estas amenazas también requieren que se tomen medidas y acciones a nivel gubernamental, tales como aquellas propuestas en el programa MOFI del MOm, financiado por la CE; un proyecto de cuatro años, realizado en colaboración con otras instituciones, que investiga por primera vez los problemas de las interacciones entre los mamíferos marinos y la pesca a nivel nacional.
Si bien podemos estar prácticamente seguros de que estas interacciones no pueden ser eliminadas por completo, existen medidas concretas que sí pueden adoptarse para mitigarlas. Aunque llegan trágicamente tarde para Artemis, estas medidas podrían hacer mucho para salvar las vidas de otras jóvenes focas monje.
Dendrinos, P., A.A. Karamanlidis, E. Androukaki and B.J. McConnell. 2007. Diving development and behavior of a rehabilitated Mediterranean monk seal (Monachus monachus). Marine Mammal Science. 23 (2): 387-397. [Abstract PDF 7KB]
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