Vol. 9 (1): Junio 2006 |
EL GOVERN BALEAR SE IMPLICA EN
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Además de estas iniciativas específicas, también hay buenas noticias en lo referente a la protección del hábitat costero marino, que son relevantes para los futuros esfuerzos encaminados a la reintroducción de la foca monje. Los sucesivos proyectos de creación de espacios marinos protegidos impulsados por las administraciones estatales y autonómicas de pesca y medio ambiente han dado como resultado 8 áreas marinas protegidas (AMPs). El Parque Nacional de Cabrera, el parque natural de Ses Salines y una coherente red de cinco reservas marinas[3], orientadas a la gestión sostenible de las pesquerías, cubren actualmente más de 52.000 ha., distribuidas en todo el archipiélago. En unos meses está prevista la declaración de una nueva reserva, de unas 30.000 ha de extensión. Para entonces, las tres áreas identificadas en el estudio de calidad del hábitat citado anteriormente como óptimas para la foca monje, dispondrán de estructuras de gestión operativas. Ello incluye embarcaciones de vigilancia y guardas para aplicar la normativa existente que restringe las prácticas pesqueras más agresivas, en un proceso acordado con los pescadores profesionales y deportivos y aceptado por ellos.
No se trata de áreas totalmente vedadas a la pesca –aunque cada reserva cuenta con núcleos de protección integral- sino de espacios de reglamentación especial, donde se prohiben los métodos más agresivos, y se establece una nueva cultura de gestión pesquera abierta a la participación de la sociedad, con objetivos que se revisan en base a estudios científicos. Este marco puede facilitar enormemente la revisión de los parámetros de gestión de las reservas, de cara a avanzar hacia las condiciones necesarias para la cohabitación armónica de los humanos con la foca monje.
La creación de nuevas AMPs en el Mediterráneo como herramientas para la conservación de la biodiversidad o para la gestión sostenible de las pesca es una tendencia imparable que hace difícil -afortunadamente- llevar al día el recuento del creciente inventario de las hectáreas de superficie marina protegidas por todas las iniciativas existentes y las que están en marcha. Con todo, podemos atrevernos a afirmar que las Baleares lideran este proceso en España y probablemente en el Mediterráneo Occidental: Pronto dispondremos de más del 50% del total de la superficie marina protegida inventariada en España en 2004.[4]
La foca ha vuelto al escenario de conservación a raiz de unas declaraciones del Conseller de Medio Ambiente en que reconoce el interés de una posible recuperación local, para la cual no se han establecido plazos ni pasos concretos, aunque sí voluntad de acción a nivel local. Se ha constituido un grupo de trabajo para la redacción de un documento que sirva de base a futuros proyectos, se han recogido las opinones de muy diversos especialistas y los responsables de esta iniciativa han visitado la reserva de las Desertas para conocer de primera mano cómo se gestiona el exitoso proyecto de recuperación de la foca monje en Madeira, Portugal. Están previstas nuevas visitas y contactos, ya que es evidente que la recuperación de la especie requiere de la colaboración activa del mayor número posible de actores y hay que conocer y aprovechar todas las experiencias.
Actualmente disponemos de una “hoja de ruta” inicial, que establece tres líneas de trabajo simultáneas:
La primera es una oferta sincera de contribuir directamente a las iniciativas conservacionistas que estan en desarrollo, como es el apoyo a la edición de The Monachus Guardian, reconocido como el más eficaz medio de contacto entre todos los interesados en la conservación de la especie; en esta línea, el gobierno balear ofrece su apoyo a los proyectos que ayuden a conservar poblaciones locales y puedan incrementar los conocimientos y experiencias de manejo de la especie, en las localidades donde continua existiendo y en el marco de los planes internacionales (atlántico y mediterraneo) para la conservación de las focas. Pensamos que esta es la manera correcta de abordar el problema y está en línea con el espíritu de la ‘Declaración de Portoroz’ de 2005 [5].
La segunda línea de trabajo es la de trabajar duro en conseguir cambiar la percepción de que la foca monje es una parte de la historia natural de las baleares desaparecida para siempre. Para ello pensamos incrementar la información y sensibilización de la población balear en relación a la foca monje hasta forjar la idea de que se trata de un elemento del patrimonio natural mediterráneo que no debe desaparecer. Es por eso que se ha acordado con la Fundació Territori i Paisatge[6] realizar una exposición itinerante monográfica sobre la foca, además de otras actuaciones de divulgación (edición de nuevos materiales, diseños audiovisuales etc).
Finalmente, se quiere completar y reforzar el sistema de espacios marinos protegidos en el litoral insular, redactando y aplicando los planes de las reservas existentes y las ZEC[7] marinas del sistema Natura 2000.
Ninguna de estas lineas incluye la intención de capturar y/o translocar ejemplares a corto o medio plazo.
A medio o largo plazo, el objetivo es estar en disposición de poder asegurar que el hábitat de las Baleares y las estructuras de gestión se encuentran a punto para optar, si las condiciones de las poblaciones lo permiten, a la posibilidad de recuperar la foca en las Baleares y las costas Baleares para la foca: la idea no se ha concebido como una iniciativa localista de “plantar flores en nuestro jardín” sino de disponer de un hábitat adecuado para que pueda recuperarse una población viable de focas en una situaciòn estratégica, por su posición central en el Mediterráneo Occidental.
Al fin y al cabo, afortunadamen-te, hay diversas especies de pinnípedos en el mundo que conviven con sociedades desarrolladas y, por tanto, no hay que descartar la posibilidad de conseguirlo con la especie mediterránea si preparamos cuidadosamente a ambas especies, focas y humanos, para la coexistencia. La condición clave es la aceptación social del animal para evitar la persecución directa, que ha sido decisiva en las extinciones sucesivas de las poblaciones de foca mediterránea.
Sin ninguna duda hay todavía muchos interrogantes y muchos problemas que resolver. Sólo el tiempo tiene la respuesta, pero la tenacidad humana –y la de las focas- puede orientarla!
1 email: jmayol(at)dgcapea.caib.es
2 El estudio, hecho en 1998 por Manu Sanfélix, dividido en 3 partes, se puede descargar del sitio web del Gobierno Balear:
http://dgcapea.caib.es/pe/documents_pe/public_pe/tecnics/foca01.pdf
http://dgcapea.caib.es/pe/documents_pe/public_pe/tecnics/foca02.pdf
http://dgcapea.caib.es/pe/documents_pe/public_pe/tecnics/foca03.pdf
3 http://dgpesca.caib.es/user/reserva/reservas.es.htm
4 http://www.faocopemed.org/en/activ/research/mpas.htm#part5
ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/007/ae360s/ae360s00.pdf
5 http://www.rac-spa.org/telechargement/Divers/Portoroz%20declaration.pdf
6 http://obrasocial.caixacatalunya.es/osocial/main.html?idioma=3
7 Zonas especiales of conservation definidas en la Directiva del Consejo 92/43/EEC de 21 de Mayo de 1992 de conservación de loa hábitat naturales, y la flora y fauna silvestres
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=CELEX:31992L0043:EN:HTML
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