Vol. 10 (2): Noviembre 2007 |
Algunos secretos de la foca monje del Mediterráneo,
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Todos los expertos en mamíferos marinos saben lo extremadamente difícil que es estudiar la biología, la ecología y la etología de la foca monje del Mediterráneo. A su escasez en número hay que añadir el hecho de que -al contrario de lo que sucede en otras especies de pinnípedos, que forman numerosas colonias y paren a sus crías en playas o banquisas de hielo- las hembras de foca monjue alumbran y protegen a sus crías en oscuras y escondidas cuevas marinas, en las que los humanos afrontamos todo tipo de dificultades para llevar a cabo observaciones básicas.
De ello resulta que los aspectos básicos del ciclo vital de la especie que en otras especies llevan años estudiándose de manera sistemática, como la reproducción y la lactancia , son prácticamente desconocidos en el caso de la foca monje. Ello limita notablemente nuestro conocimiento de esta parte de la biología y la etología de la especie, una información fundamental para diseñar e implementar medidas fructíferas de gestión y conservación.
Los biólogos que estudian especies esquivas como la foca monje están de suerte porque llegan nuevas herramientas, derivadas de algunos desarrollos tecnológicos recientes, especialmente en el campo de la grabación, transmisión y almacenamiento de imágenes digitales. Según las últimas informaciones, más de la mitad de la población mundial de la foca monje (cifrada en total en menos de 600 ejemplares) vive en Grecia. Aunque sea un país pequeño, Grecia tiene una inmensa línea de costa de más de 15,000km, y 4000 islas e islotes con numerosas cuevas marinas.
Según informaciones recogidas a través de la Red de Rescate e Información establecida y coordinada por MOm desde 1990, la especie se mantiene con una distribución ampliamente dispersa entre las costas de las islas y el continente. Llas áreas más importantes para la reproducción de la especie han sido objeto de seguimiento exhaustivo por parte de MOm en las Esporadas del Norte, en las islas de Kimolos-Polyaigos (Cícladas) y en las de Karpathos-Saria ( Dodecaneso).
En verano de 2003 diseñamos e instalamos -por vez primera en Grecia- un sistema de videovigilancia automático en una cueva de cría en la isla de Piperi, en el corazón del Parque Nacional marítimo de Alonnisos, Esporadas del Norte. Este primer intento dió buenos resultados al equipo de investigación de MOm, ya que recogimos imágenes de interacciones entre focas. Los resultados de esta investigación han sido publicados recientemente en la revista científica Aquatic Mammals [Un sistema de video para monitorizar la amenazada foca monje del Mediterráneo (en inglés) PDF 771KB].
Este año, como parte de un programa que se lleva a cabo en cooperación con la Administración de la Prefectura de las Cicladas, hemos instalado un segundo sistema de videovigilancia en la isla de Kimolos. Kimolos es una bella isla volcánica situada al Sudoeste de las Cicladas, con un impresionante paisaje y numerosas cuevas marinas. En estas cuevas, y en las de la vecina isla de Polyaigos, encuentra refugio una importante colonia de focas que tiene una tasa de nacimientos de unos 7-8 cachorros al año. Nuestros principales objetivos al instalar el sistema de videovigilancia en Kimolos eran dos: recoger datos acerca del comportamiento reproductivo de la especie y otro, no menos importante, era acercar a este esquivo mamífero al público en general, y a los niños en particular. Para conseguir el segundo objetivo decidimos ofrecer al público las imágenes obtenidas en la oscura cueva a través de un sitio web especialmente diseñado con orientación educativa.
El equipo se instaló en el mes de Junio de este año, con la ayuda de un equipo técnico de expertos.
La decisión sobre la localización exacta y el momento preciso de la instalación se tomó en base a los datos que teníamos de las investigaciones realizadas durante años que nos ha permitido obtener un amplio conocimiento sobre la zona. De hecho, en 1992 MOm realizó el primer inventario de refugios de foca monje en las islas de Kimolos-Polyaigos, y ya entonces pudimos calibrar la importancia de esta zona para la supervivencia de la especie. Tras este primer estudio, en 1997 realizamos un seguimiento más detallado a nivel local que nos permitió obtener datos detallados del uso de las cuevas por parte de las focas. En la cueva que elegimos para instalar la cámara habíamos registrado tasas de 2-3 nacimientos al año. Los datos conocidos indicaban que en Junio la cueva prácticamente no se utilizaba, y por eso decidimos instalarla en este mes, manteniendo la probabilidad de molestar a los animales al mínimo.
El sistema funciona de modo totalmente autónomo las 24 horas del día gracias a la energía suministrada por un equipo de placas solares. Tiene tres cámaras, una de ellas operada por control remoto, conectadas a un disco duro que guarda todas las imágenes registradas. Las imágenes se transmiten a Internet mediante una conexión satélite, haciendo posible ver lo que pasa en la cueva desde cualquier sitio del planeta. Además los investigadores pueden accionar la cámara orientable desde un ordenador remoto, dirigiéndola y ampliando las imágenes de aquello que les interese.
Hasta el mes de Agosto no se registró la primera visita de una foca y desde entonces la ocupación ha ido en aumento. Hasta finales de Octubre (cuando se cerró este artículo) pudimos verificar que hasta nueve focas diferentes visitaban la cueva. Al mismo tiempo quedaron registradas imágenes únicas de la biología de la reproducción y del comportamiento de la especie. Por primera vez fue posible presenciar el nacimiento de dos cachorros de foca en el Mediterráneo, así como documentar el comportamiento vigilante y protector de las madres cuando hay mal tiempo o frente a otras focas intrusas. ¡Y todo esto, sin molestarles en absoluto!
Hasta ahora, los sistemas de videovigilancia de las Esporadas del Norte y Kimolos han mostrado que esta metodología es una herramienta fantástica para estudiar a esta especie y para llevar el mensaje de la conservación a los ciudadanos. Los continuos avances de la tecnología moderna, la puesta en servicio de equipos novedosos y más avanzados y la reducción de los precios nos hacen prever un prometedor futuro a esta metodología. Como requisito esencial para tener éxito en su utilización, hay que tener muy buen conocimiento de la zona y buena información de base antes de instalar el sistema de vigilancia. Solo así se puede conseguir instalar los equipos sin molestar a los animales que se desea estudiar, incrementando por tanto las posibilidades de éxito del proyecto.
Los autores quieren expresar su reconocimiento al Ministerio de Desarrollo Rural y Alimentación de Grecia, a la Prefectura de las Cícladas, al ayuntamiento de Kimolos, a la Autoridad Portuaria de Milos, al Museo de Zoología de la Universidad de Atenas, en especial al Prof. A. Legakis y al Sr Charalambos Sardis, y a Hellas Sat, en particular a Stella Ilioudi.
Copyright © 2007 Panagiotis Dendrinos, Alexandros Karamanlidis, Vangelis Paravas, The Monachus Guardian. Todos los derechos reservados. |